“Tapones para una nueva vida” es el principal proyecto solidario de la Fundación SEUR. Gracias a él, se ha conseguido ayudar a más de 140 niños por medio del reciclaje de tapones de plástico. Hasta el momento, se han recaudado más de un millón de euros destinados a financiar tratamientos médicos y ortopedias.
La importancia de este proyecto va más allá del ámbito humanitario, pues incide en uno de los principales retos del ámbito medioambiental: reducir lo más posible y en el futuro eliminar el consumo del plástico. En esta meta ya se han reciclado más de 4.000 toneladas de tapones de plástico, evitando la emisión de 6.000 toneladas de CO2, principal gas causante del cambio climático.
En Extra Software, Natalia Fernández Corrales, que lleva más de ocho años trabajando en el servicio técnico de atención al cliente, lidera la recogida de tapones de plástico en nuestra empresa. Hace ahora dos años recibió información sobre el proyecto de SEUR en las redes sociales y decidió ponerlo en marcha en Extra Software como acción de responsabilidad social corporativa.
“Decidí forrar una caja grande de cartón para que quedará más bonita y la coloqué en la cocina que es un lugar de paso, donde entra mucha gente. Lo anuncié en el tablón de anuncios y desde entonces ha habido muchas personas que han colaborado, no solo reciclando los tapones de las bebidas que se consumen en la oficina, sino también trayendo bolsas de tapones de plástico de sus propias casas”
Natalia es callada e introvertida, de esas personas a las que les gusta desde el anonimato aportar su pequeño grano de arena. Piensa que una empresa, como cualquier otro tipo de organización humana, puede ser un espacio adecuado para realizar tareas de impacto social.
Cada semana, Natalia recoge los tapones para llevarlos a los puntos de recogida que Seur tiene instalados en distintos lugares de Madrid.
“Todavía con todos los que somos creo que podíamos reciclar más. Pero en eso estamos, mentalizando a la gente para que colabore cada día más. Este tipo de proyecto no lo puede hacer una persona sola, se necesita la colaboración del grupo”
En referencia al consumo del plástico, Natalia advierte en seguida las contradicciones existentes en nuestro sistema de consumo. “Por un lado, estamos reciclando el plástico y evitando consumirlo; y por otro lado, las grandes cadenas de alimentación y las grandes superficies siguen vendiendo todos sus productos envueltos en muchísimo plástico innecesario”.
Mientras escuchamos a Natalia, nos quedamos pensando que son estos pequeños héroes anónimos, desde sus trincheras, los que crean verdaderamente en las empresas el espíritu de responsabilidad social corporativa. ¡Gracias, Natalia!