Han pasado ya los tiempos de hablar de cambio digital. Actualmente vivimos una auténtica disrupción digital, porque las nuevas tecnologías generan modelos de negocio que afectan a la propuesta de valor para los consumidores y también el retorno para las compañías. Hay grandes actores de la disrupción digital como Amazon, Facebook /Instagram/WhatsApp o Netflix. Sus ingresos son de varias decenas de miles de millones y tienden a absorber empresas más pequeñas.

Los grandes actores de la disrupción digital

En el terreno de la cadena de distribución, Amazon ha irrumpido como un coloso que amenaza con devorar a las tiendas que distribuyen mercancías en todos los sectores. Su fórmula ha sido capaz de absorber las propuestas de valor de la mayoría de sus competidores, y por supuesto ha desplazado también el ámbito de negocio de las Pymes que comercializan sus productos a distancia.

En el ámbito de la gestión de publicidad, la posibilidad cercana de WhatsApp de introducirla, conjuntamente con la que ya existía en Facebook e Instagram, ha revolucionado la publicidad. Es un fenómeno que ya había empezado con Google Adwords, que ofrecía visibilidad y ventas sin necesidad de recurrir a las grandes inversiones que se necesitaban para hacer publicidad en los medios tradicionales.

En el terreno del consumo de entretenimiento, los canales de televisión han visto reducidas sus porciones de la tarta publicitaria. Además, la fórmula de las plataformas en streaming tipo Netflix ha conseguido que la oferta de los canales de televisión se diversifique en diferentes canales temáticos, como único modo de competir con la televisión a la carta de las plataformas en streaming.

Lo que caracteriza estos tres modelos es que la tecnología es la que ha producido la disrupción. Ya sea la aplicación de Big Data en Amazon, los famosos algoritmos en las redes sociales o el streaming en el caso de las plataformas digitales.

¿Nos escucha Google?

Otra de las características de los nuevos actores de la disrupción digital es que, en general, suelen trabajar online. Se acabó la era de las tiendas físicas y de la interacción con el vendedor. Al igual que en el caso de los bancos, la oficina y el agente de venta están condenados a desaparecer tal y como existen en la actualidad.

Además, ha saltado a la actualidad la polémica sobre si Google Assistant escucha nuestras conversaciones, con las 153 conversaciones que reconoció haber escuchado sin que se produjera comando de activación. Pero de lo que no hay duda es de que los grandes actores digitales nos conocen mejor que nunca. Las nuevas empresas tienen sistemas para averiguar los gustos de los consumidores (plataformas como Adwords o Facebook Ads); para ordenar pedidos (Alexa o Google Assistant) y por supuesto para atender reclamaciones (los canales de entrada de mensajes a la compañía, mediante correo electrónico, chat o mensajería).

Los pequeños actores de la disrupción digital

Junto a estos grandes colosos hay empresas de menor capitalización, como BlaBlaCar, Glovo, CornerJob o Spotahome. Sus ingresos suelen ser “solo” de menos de 200 millones de euros al año, pero su potencial y por tanto su valor en el mercado es muy alto.

Las startup plantean una solución nueva a un problema existente, normalmente por un nuevo enfoque o tecnología sobre e la asunto. Compartir coche es a la vez una forma de ahorrar dinero y evitar la contaminación, pero hasta que no existió la App de BlablaCar nadie se lo había planteado. Lo mismo respecto a la entrega de pequeños envíos con la misma filosofía que la comida rápida (Glovo), el encuentro digital entre demandantes y ofertantes de empleo (Corner Job) o la capacidad para alojarte en un lugar disponiendo de toda la información de las diferentes alternativas (Spotahome).

Si los grandes actores amenazan con fagocitar el mercado, las startups a menudo dejan fuera a sistemas más tradicionales como los taxis (en cuanto a desplazmiento), las empresas tradicionales de mensajería o los agentes inmobiliarios de toda la vida.

Cómo convivir con los actores de la disrupción digital

En ambos casos, estas “nuevas” empresas suponen una disrupción digital, y revolucionan el escenario. La Pyme de siempre no puede olvidar estas nuevas reglas de juego:

  • Con compañías como Amazon, Facebook o Google la estrategia es unirte a ellos, ya que no puedes competir. Comercializa tus productos en Amazon, anúnciate en Facebook y utiliza Google para mejorar tu visibilidad.
  • Para nuevos modelos de negocio, la única fórmula es tratar de utilizar la última tecnología también en tu sector, si no quieres que empiecen a llevarse a tus clientes.

En definitiva, se trata de impulsarse sobre los nuevos actores de la disrupción digital, más que ser un foco refractario a la misma. Y sobre todo dejar de moverse entre bambalinas, y pasar también a ser un nuevo actor. Es imposible lograr competir en su terreno con los grandes actores, pero sí debemos pasar a primer plano y convivir con ellos.

Pues negar su existencia nos llevaría a unas pérdidas más que probables.

 

¿Y tú,eres un actor o un espectador de la disrupción digital?